jueves, 16 de junio de 2011

Contradicciones de “Esquina a esquina”

  • jun 16,2011
Bajo ningún concepto pertenece a grupos selectos.
Por Andrés Pascual
Bajo ningún concepto pertenece a grupos selectos.
       En 1993 Roy Jones jr. se llevó una controversial decisión contra Bernard Hopkins cuando el Verdugo no era considerado por nadie en el nivel de boxeador en que se convirtió después, a lo que contribuyó muchísimo la forma como dispuso de Tito Trinidad que, vista desde otro ángulo, fue la pelea que inició la caída del ídolo boricua.
        La próxima pelea entre Jones jr. y Hopkins se produjo 16 años después… ¿A santo de qué se le puede ocurrir a un comentarista considerar al Ídolo de Pensacola como “el más acérrimo enemigo” de Bernard? Hay periodistas americanos de fuentes acreditadas que dan ganas de todo menos de leerlos…
         Marino Martínez, del Nuevo Herald, tal vez por ese sentimiento que tiene el cubano de hoy ante la impotencia por la escasez de figuras criollas en las grandes ternas del boxeo mundial, escribió algo alrededor de las declaraciones hechas por un trainer de Guillermo Rigondeaux que fueron una falta de respeto.
        Según Marino, el zurdo oriental, según sus propias declaraciones, espera ceñirse tres fajas mundiales en los pesos 122, 118 y 126 libras. Al modo mío de ver las cosas, lo saludale sería comentar sobre esa idea descabellada de alguien que pasa ya de los 30 años, con muy poca experiencia profesional y menos en peleas a las distancias largas de campeonatos del mundo; lo que no es posible sin riegos dobles y peligro inminente a la derrota tanto por circunstacias del “sube y baja” como por la clase que enfrente en el ring.
     Lo otro, Rigondeaux no es “de lo mejor libra por libra” de hoy, algo que, dicho por su entrenador personal, suena más a lógico por sentimental que a juicio realista. Todavía necesita el cubano un buen trecho para que se le considere así, aun en el boxeo de poca acción de hoy.
      Incluso Kid Chocolate tampoco entra en el grupo de “lo mejor libra por libra” del boxeo mundial ni hispano, no solo porque no ganaba la buena y su momento de esplendor duró muy poco; sino por que más de 10 pugilistas de América Latina lo superan en ese ranking y Gavilán, Luis Manuel Rodríguez y Mantequilla Nápoles fueron mejores y sí cuentan en esos escalafones.
       Entonces, si el Bombón del Cerro no cabe al lado de Leonard y muchos otros, entre los que Marino consideró, “¡Válgame Dios!”, al mismísimo Sugar Ray Robinson, ¿Cómo puede arriesgarse alguien a poner ahí a Rigondeaux? Ni aunque para eso haya preparado un palmarés superior al de todos los grandes peleadores de la historia juntos, digo, en habilidades en el ring, que pocas de estas se ven como arsenal del oriental.
      Rigondeaux es de regular a bueno, sin la grandeza de los inmortales de Fistiana no solo ajenos a Cuba, sino del propio terruño natal.

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