Después que Manny Pacquiao asaltó las divisiones superiores a la ligera y por la forma como superaba a rivales naturales de más de 20 libras en el ring, con más poder, más resistencia y mucha más velocidad que los contrarios “seleccionados”, siempre dudé de su capacidad natural y así lo he escrito. Entiendo que existen muchos que “tienen que ver para creer”, ahora, supongo que tampoco puedan creer en Dios…
Manny Pacquiao es, junto a Juan Manuel Márquez, Eric Morales y Marco A. Barreras, los mejores pesos plumas de los últimos 20 años. Fin del camino.
Shane Mosley coqueteó con el odioso título de “lo mejor libra por libra” durante un tiempo: fuerte, buen boxeador, elegante y pegador. Una vez se le consideró tan valiente como para ser capaz de exponer su invicto y su faja contra quien no debía, como Vernon Forrest y perdió dos veces, o contra Winky Wright y cayó otras dos.
Después se le veía perder facultades por rounds; sin embargo, tuvo un comportamiento raro en el ring, porque algunas de sus peleas respondían a lo lógico y razonable que podía hacer un peleador avejentado, que perdía las piernas, el instinto y la respuesta, como ocurrió ante Miguel Coto o contra Floyd Mayweathers jr. para dar una impresión equivocada de la recuperación de su ya inexistente clase en la pelea contra Antonio Margarito o contra Ricardo Mayorga.
Las tablas que logró a duras penas contra Sergio Mora en su penúltima pelea, debieron engavetarlo como pieza de museo, de la que debió salir solo para combates de poco interés, en locales sin importancia y con la bolsa suficiente para un pasaje por avión y un desayuno de relativo buen precio. Del PPV ni hablar…
Y fue a este despojo de boxeador al que le “arreglaron” un pleito contra el paisano de Speedy Dado, en el MGM Grand y con más dinero que el que ganó en toda su carrera Robinson. A diferencia de otras veces, no hubo forma humana de que se pudiera crear otra opinión que no fuera “lo matan”, por los cronistas que integran la corte pagada por Top Rank cuando del filipino se trata.
¿Por qué se violó tan groseramente el sacrosanto compromiso entre promoción, deporte y fanático al producirse esta farsa? Porque el filipino vende; porque todo el mundo compra el evento que presente al Senador aunque se conozca el resultado un día antes; porque el publico de hoy parece que goza con que le roben y el promotaje lo sabe. Yo no dudo que Pacquiao se dispare como el # 1 en el Billboard con su disco compacto, a fin de cuentas, vale menos que sus peleas de Pague Para Ver.
El asiático llegó al encuentro a sabiendas de que podía demoler virtualmente al californiano de ojos verdes; pero, posiblemente, aleccionado, como ha ocurrido antes, con “no le des duro, sobrellévalo, empújalo, tírale a donde no lo lastimes…”; mientras, Mosley buscó la forma de no presentar combate, de evadir al PacMan y de llevarse ¡5 MILLONES! tan mal ganados que, lo único que se puede decir, es que se los robó.
Sin embargo, el Azúcar amargo del tiempo actual colgó en Twitter un comentario anónimo para justificar la razón por la que ofendió al boxeo al perder de la forma como ocurrió, sugiriendo el uso de sustancias prohibidas por Pacquiao; según la nota, un supuesto ayudante del training del multicampeón que, posiblemente no exista, dice que “inyectó al pupilo de Roach”.
Esta indecencia rebotó y fue a dar también al sitio de Floyd Mayweathers jr.
Nunca, después que subió a las divisiones superiores, consideré normal el desarrollo de Pacquiao y jamás lo haré, con pruebas positivas o sin estas; pero, me parece una falta de respeto de Shane Mosley consigo mismo, con los fanáticos y con el boxeo, justificar con ese comentario la actuación que tuvo en el encuentro arreglado.
Este sábado que pasó, Andre Ward extendió los bostezos y la resignación del público desde sus decisiones favorables contra Green, Kessler y Sakio Biki, a otra sin brillo ni clase profesional contra Arthur Abraham por un puesto en la final de la faja supermediana torneo Super Seis.
Sume todo lo anterior, algunos colaterales y luego razone sobre por qué este deporte, al que han degradado tanto, ninguna cadena de televisión o periódico de gran demanda lo considera como digno de titulares
Shane Mosley coqueteó con el odioso título de “lo mejor libra por libra” durante un tiempo: fuerte, buen boxeador, elegante y pegador. Una vez se le consideró tan valiente como para ser capaz de exponer su invicto y su faja contra quien no debía, como Vernon Forrest y perdió dos veces, o contra Winky Wright y cayó otras dos.
Después se le veía perder facultades por rounds; sin embargo, tuvo un comportamiento raro en el ring, porque algunas de sus peleas respondían a lo lógico y razonable que podía hacer un peleador avejentado, que perdía las piernas, el instinto y la respuesta, como ocurrió ante Miguel Coto o contra Floyd Mayweathers jr. para dar una impresión equivocada de la recuperación de su ya inexistente clase en la pelea contra Antonio Margarito o contra Ricardo Mayorga.
Las tablas que logró a duras penas contra Sergio Mora en su penúltima pelea, debieron engavetarlo como pieza de museo, de la que debió salir solo para combates de poco interés, en locales sin importancia y con la bolsa suficiente para un pasaje por avión y un desayuno de relativo buen precio. Del PPV ni hablar…
Y fue a este despojo de boxeador al que le “arreglaron” un pleito contra el paisano de Speedy Dado, en el MGM Grand y con más dinero que el que ganó en toda su carrera Robinson. A diferencia de otras veces, no hubo forma humana de que se pudiera crear otra opinión que no fuera “lo matan”, por los cronistas que integran la corte pagada por Top Rank cuando del filipino se trata.
¿Por qué se violó tan groseramente el sacrosanto compromiso entre promoción, deporte y fanático al producirse esta farsa? Porque el filipino vende; porque todo el mundo compra el evento que presente al Senador aunque se conozca el resultado un día antes; porque el publico de hoy parece que goza con que le roben y el promotaje lo sabe. Yo no dudo que Pacquiao se dispare como el # 1 en el Billboard con su disco compacto, a fin de cuentas, vale menos que sus peleas de Pague Para Ver.
El asiático llegó al encuentro a sabiendas de que podía demoler virtualmente al californiano de ojos verdes; pero, posiblemente, aleccionado, como ha ocurrido antes, con “no le des duro, sobrellévalo, empújalo, tírale a donde no lo lastimes…”; mientras, Mosley buscó la forma de no presentar combate, de evadir al PacMan y de llevarse ¡5 MILLONES! tan mal ganados que, lo único que se puede decir, es que se los robó.
Sin embargo, el Azúcar amargo del tiempo actual colgó en Twitter un comentario anónimo para justificar la razón por la que ofendió al boxeo al perder de la forma como ocurrió, sugiriendo el uso de sustancias prohibidas por Pacquiao; según la nota, un supuesto ayudante del training del multicampeón que, posiblemente no exista, dice que “inyectó al pupilo de Roach”.
Esta indecencia rebotó y fue a dar también al sitio de Floyd Mayweathers jr.
Nunca, después que subió a las divisiones superiores, consideré normal el desarrollo de Pacquiao y jamás lo haré, con pruebas positivas o sin estas; pero, me parece una falta de respeto de Shane Mosley consigo mismo, con los fanáticos y con el boxeo, justificar con ese comentario la actuación que tuvo en el encuentro arreglado.
Este sábado que pasó, Andre Ward extendió los bostezos y la resignación del público desde sus decisiones favorables contra Green, Kessler y Sakio Biki, a otra sin brillo ni clase profesional contra Arthur Abraham por un puesto en la final de la faja supermediana torneo Super Seis.
Sume todo lo anterior, algunos colaterales y luego razone sobre por qué este deporte, al que han degradado tanto, ninguna cadena de televisión o periódico de gran demanda lo considera como digno de titulares
No hay comentarios:
Publicar un comentario